Para terminar este blog quería hacer una última reflexión que resuma un poco todo lo aprendido durante estos cuatro meses en Arquitectura.
Los estudiantes de arquitectura somos los arquitectos del futuro, en cierta manera de nosotros depende hacer de la arquitectura un arte que moldeará el mañana, y es que la arquitectura nace para cubrir unas necesidades humanas de refugio, de protección… Los espacios arquitectónicos no son nada más que donde desarrollamos nuestras vidas. Al fin y al cabo todos y cada uno de los recuerdos que tenemos constan de un escenario, un entorno. Nuestro primer cumpleaños en el patio de casa, la habitación en la que hemos crecido, el colegio donde hemos estudiado, las ciudades en las que vivimos y las que hemos visitado, la iglesia donde diremos el «sí quiero», nuestro futuro hogar, el edificio de oficinas donde trabajamos… ,incluso la biblioteca de la uni en la que hemos pasado tantas tardes, y las que nos quedan.
Todos estos espacios para mi tienen la misma importancia, es donde desarrollamos nuestra vida y aunque a veces me quede boquiabierta con algunos de los proyectos imposibles ideados por los llamados archistars, creo que tenemos que tener siempre en mente que la cualidad principal de un edificio es responder a las necesidades de su uso. La belleza de la arquitectura es que es un arte vivido.
Esa es una de las cuestiones que he llegado a entender durante estos meses y es que para mi, prima la utilidad y la comodidad de un espacio a su apariencia. Evidentemente la arquitectura también es arte y por tanto se crean espacios teniendo en cuenta la belleza, pero no se tiene que dejar atrás la vida en ellos para que prime la estética, sino al contrario se tiene que entender que la utilización de estos espacios, el habitarlos, es lo que genera la belleza.
La buena arquitectura es abierta, abierta a la vida, abierta para mejorar la libertad de cualquier persona, donde cualquiera puede hacer lo que necesita hacer.
Anne Lacaton
En cuanto a mi, aún me quedan unos cuantos años para ser arquitecta y esperemos que no se alarguen más de la cuenta. Tengo bastante claro que una de las cosas que más me apasionan en el mundo de la arquitectura es devolver la vida a espacios antiguos o en desuso. Me encantaría algún día poder encargarme de devolver el uso o darle uno nuevo a construcciones antiguas, con historia que preservar, pudiendo mejorarlos con la tecnología actual y hacerlo de manera sostenible. En la reflexión nº7 hablo un poco de este tipo de proyectos que parten de (como a mi me gusta llamarlos) edificios históricos y los adaptan para que la historia continúe.